Verdaderos periodistas del país son asesinados impunemente mientras en hidalgo algunos se dedican a chantajear a las instituciones públicas que no les quieren dar "chayote".
Acostumbrados a vivir del erario, estos periodistas corruptos golpean a directivos de las instituciones que sí hacen su trabajo en favor de los hidalguenses.
Esta semana fueron asesinados tres periodistas en diferentes estados del país: Enrique García García en el Estado de México; Gustavo Sánchez Cabrera en Oaxaca y Saúl Tijerina Rentería en Coahuila; lo que confirma que el gobierno de la 4T incumple su obligaciones de otorgar seguridad y garantías para el libre ejercicio periodístico.
Pero no sólo son asesinados, también, son espiados constantemente nada menos que por la SEDENA, como lo ha denunciado el diario EXCELSIOR, responsabilizando de esto directamente al general Audomaro Martínez y se le atribuye la orden al subsecretario de Seguridad, Ricardo Mejía Berdeja.
En Hidalgo, por el contrario, parecen ser algunos periodistas quienes detentan el poder político, aun cuando para realizar su trabajo sucio de extorsión utilizan los medios de comunicación que les proporciona el mismo gobierno. Aprovechándose de la tribuna facilitada por las instalaciones de los medios públicos, se jactan de que ellos "seguirán" siendo "periodistas", mientras políticos y gobernantes son pasajeros.
Abusando de la tolerancia y respeto por la libertad de expresión, extorsionan a los directores de las instituciones públicas si éstas no acceden a pagarles fabulosas cantidades a cambio de no difamarlos e inventar toda clase de hechos para dañar la reputación de funcionarios de segundo nivel que sólo hacen bien su trabajo y no tienen interés en participar en actos ilícitos ni en intrigas políticas.
El presidente Andrés Manuel López Obrador ha preparado una sección especial en sus mañaneras para desmentir a los periodistas que no informen con veracidad sobre sus actividades. Esto parece justo ya que todos tienen derecho de réplica cuando publican algo relacionado con su trabajo y su persona.
Pero en Pachuca, Hgo., hay periodistas que se dedican a la extorsión gracias a las facilidades que les proporcionan las redes sociales, ya que sus propios medios de comunicación son tan mediocres que apenas cuentan con algún público que los quiera leer. Y si el estado les ha proporcionado espacio en algún medio para que puedan realizar su trabajo, abusan de este para difamar a funcionarios y mal informar a su público, pero también para extorsionar al directivo en cuestión si este decide que la calidad de la información que transmite dicho seudoperiodista no es adecuada para el medio público.
Los medios públicos sin duda fueron creados para servir a todos los hidalguenses, no para ser secuestrados y mal utilizados por esta clase de seudoperiodistas que durante años han vivido del chantaje y la extorsión.
Esperemos que la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo pueda poner remedio a esta situación en favor de la verdadera información al servicio de todos los hidalguenses.
Ya hace tiempo que algunos de estos chantajistas fueron exhibidos públicamente porque están en la nómina de la SEPH.
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